Fue Disco de Oro y sus canciones tienen millones de visitas en YouTube. Pero hace cinco años se atrevió a hablar públicamente contra el aborto, y la oleada de críticas fue tal que decidió alejarse de los escenarios. Tampoco ayudaron los excesos a los que le llevó la fama. Ahora, Nena Daconte prepara su vuelta con un nuevo disco, que no habría salido a la luz sin el apoyo de sus padres, de su marido, de sus hijos… y de Dios.
- Acaba de actuar en dos conciertos solidarios, en Aranjuez y en la Universidad Francisco de Vitoria, y colabora con causas benéficas. ¿Por qué?
- Me gusta ayudar, me da alegría y satisfacción. Como artista es lo menos que puedo hacer. No tengo tiempo para ser voluntaria y dedicarme a ayudar sobre el terreno, así que cuando me piden ayuda, investigo qué hace esa fundación o esa ONG, y me implico. Cantaría gratis todos los días, pero hay que comer.
- También cantó en una marcha provida en 2012. Lo políticamente correcto hubiera sido posicionarte a favor del aborto. ¿Por qué se arriesgó?
- Uno de los organizadores de aquel acto anunció que yo actuaría antes de que lo hubiese confirmado. Cuando salió en los medios, mucha gente me llamó para decirme: “¡No cantes! Escribe un comunicado y di que ha sido un error”. Otros, de la profesión, me decían: “Como estás embarazada, invéntate una excusa”. En Twitter me pusieron a parir durante tres semanas. Me dijeron de todo. Ver tantas reacciones contra el hecho de que cantara, me hizo entender que lo que tenía que hacer era, precisamente, cantar. Me parecía increíble que un artista no pudiera defender una causa como esa. Pensé: “Canto y me juego el cuello. Y si por esto hay gente que no me sigue, pues que no me siga”. Y actué. Luego escribí una canción, “Causas perdidas”, que expresa el enfado contra todos los modernos que van de progres y de tolerantes por la vida, y que si no opinas lo mismo que ellos te hunden y te machacan.
- En esa canción comienza diciendo: “Nací en un país dividido”…
- Sí, y nuestra generación no tendría por qué sentir eso. Somos muy jóvenes, hemos nacido con la Constitución, pero en estos temas, sin embargo, no se puede opinar diferente. En el tiempo que hemos estado de elecciones constantes, cuando surgieron Podemos y otros partidos, la gente de derechas estaba muy asustada porque la izquierda se estaba radicalizando muchísimo.
- Abortar es algo malo. Quienes defienden el aborto dan razones desmoralizándolo: “Es una célula, o como si te sacaran una muela...”. Eso no es verdad: ahí hay un ser humano, hay una vida que se interrumpe. Puedo llegar a entender que haya una ley que contemple una serie de causas por las que una madre pueda abortar, y que tenga con su conciencia los conflictos que sea, pero lo que ha hecho sigue estando mal.
- ¿Se puede hacer un parón profesional para dedicarse a la familia, sin convertirse en la caricatura de una marujona?
- ¡Sí! Yo me he dedicado a llevar y traer a mis hijos al cole, a hacerles la comida, la merienda, la cena… La verdad es que he sido una marujona total ¡y feliz!
- ¿Cómo le ha cambiado ser madre?
- Me ha dado más peso… ¡en todos los sentidos! Me ha dado madurez y me ha enseñado lo que es el amor de verdad.
- ¿Qué le gustaría que pensaran sus hijos cuando escuchen sus discos?
- Quiero que se sientan orgullosos de su madre. Les podrá no gustar mi música, eso no me importa, pero quiero que puedan pensar: “Mi madre es cantante, o paisajista, o lo que sea, y es una mujer fuerte, luchadora, trabajadora, alegre”.
- Usa expresiones como “levanta la mirada”, “mira alto”… ¿Cree en Dios?
- Sí. He tenido épocas duras en las que no he creído, o estaba enfadada con Él. Pero ahora puedo decir que sí: creo en Dios y voy a misa. Y cuanto más voy a misa, más creo en Dios; y cuánto más rezo, más fe tengo. Me gusta ir a misa de niños con mis hijos y oír que Dios es mi amigo, y que si no quedo con Él, se enfría la fe, como en cualquier relación.
- ¿Qué le da ese contacto con Dios?
- Fuerza. Cuando pasan cosas malas, o que parecen imposibles de afrontar, al rezar vuelvo a recuperar la energía y la confianza en Él.
- Decía san Agustín que “el que canta, ora dos veces”. ¿Reza cantando?
- No. Rezo las oraciones que me sé y hablo con Él de mis cosas. Lo que sí he cambiado ha sido que, en lugar de pedir y pedir, ahora doy gracias a Dios por lo que tengo. Eso me hace tener una visión más positiva y realista de la vida.
- ¿Creer en Dios abre o cierra puertas en el mundo del espectáculo?
- No te abre ninguna. Yo esto no suelo contarlo. En un medio público, te lo estoy contando a ti por primera vez. Es más cool ser ateo y progresista, pero yo creo en Dios, y eso que por mi entorno muestro ser muy moderna. En España parece que no podemos tener creencias religiosas, pero ya me da igual. También he hablado indirectamente de la fe en algunas de mis canciones, sobre todo de los momentos de oscuridad que he tenido.
Entrevista realizada por: José Antonio Méndez
Fotografía: Álvaro García