El mundo gira en un ritmo frenético y a veces parece que hasta perdemos el aliento en el tener que dar cuenta de todas las demandas de nuestra existencia. Hay tantas cosas por hacer que corremos el riesgo de perdernos de nosotros mismos y olvidar el gran deseo de felicidad sincera que tenemos dentro del ¡corazón!
Vivir se vuelve la tarea más linda y desafiante de todas, vivir de verdad y no fingir que se vive. Tener una vida sincera, con pureza de corazón y esfuerzo de vida... ¡Eso sí nos vuelve felices de verdad!
Pero parece que hablar de pureza de corazón se vuelve algo medio “retro” medio “edad media”. ¿Será que lo es?
¡Creo que no! Pureza quiere decir la calidad de aquello que es, de aquello que no ha sido alterado, mezclado, se dice respeto a la esencia y a accidentes. Ser puro de corazón es ser aquello que si es sin las alteraciones que depura nuestra esencia.
Pero en un mundo que nos exige tanto y hasta parece que nos perdemos de nosotros mismos, ¿será posible ser puros de corazón?
¡Totalmente posible! Comparo la búsqueda por la pureza de corazón al proceso de reeducación alimentar. Precisamos sacar de nuestro día a día alimentar todo aquello que nos perjudica. No da para abrir concesiones. ¡Necesitamos sacar mismo! El no que tiene fuerza de un sí. No a eso que me hace mal y sí a aquello que me hace bien, y me vuelve un bien
Ya pensaste si una persona que está viviendo un proceso de reeducación se alimenta y que al ver un postren un pedazo de torta de chocolate con cobertura de chocolate y relleno de dulce de coco ella no consigue decir no y ¿parte para el ataque? Si no consigue decir no a la torta ¿cómo podrá decir no para un e-mail pediendo para mirar pornografía en Internet, o un no para una invitación para aspirar cocaína, o un no a un noviazgo fuera de la castidad? El ayuno es una forma maravillosa de crecer en el dominio de nuestras pasiones. Si eso aún no es parte de la vida de una persona, ella debe comenzar con un simple sacrificio que sea relativamente fácil de poner en práctica.
Cuando los deseos surgen como un volcán en erupción necesitamos encararlos de frente en vez de reprimirlos, no da para decir: “sólo un poquito no hace mal”. ¡Ni pensarlo! ¡Aquel poquito irá arrastrarnos al fondo del pozo! Pureza de corazón es asumirse en tus manos aquel deseo y en este momento ofrecérselo a Dios, a Jesús en la Cruz, pues Él llevó sobre si nuestras transgresiones. Al hacer eso, "el Espíritu del Señor da forma nueva a nuestros deseos" (Catecismo de la Iglesia Católica, 2764).
La Jornada Mundial de la Juventud nos ofrece varias oportunidades de vivir esta experiencia. Un encuentro con Jesús, con otro y consigo mismo. Tendremos esparcidos por la ciudad carioca innúmeros shows y espectáculos, literalmente un “Festival de la Juventud”. En todos estos lugares tendrás la oportunidad de vivir esta ¡pureza de corazón! Saber aprovechar lo mejor de tu juventud sin perderte ¡de ti mismo! ¡Créelo! Tu “sí” y tu “no” determinará ¡un corazón puro! ¡Sé tú mismo y deja a Dios ser todo en ti!
“Sin duda, la vida sólo puede valer si tienes el coraje de la aventura, la confianza de que el Señor nunca nos dejará solos.” (Benedicto XVI, discurso 21 de marzo 2009)
¿Está pronto para aventurarte?
Adriano Gonçalves
Comunidad “Canção Nova”
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