CONFIAR es difícil (y más hoy): desconfiamos de nosotros mismos, de las instituciones, de la Iglesia, de nuestros amigos, de los conocidos y los desconocidos... Pero hay alguien, Alguien, que sigue confiando en nosotros... Hacia Él nos dirigimos en este camino de Adviento, con Él queremos confiar. Con Él también queremos volver a nacer. ¡Buen camino! ¡Buen adviento!
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Porque hay futuro... porque es posible levantar la cabeza... porque Dios nos da la oportunidad de vivir la vida de otro modo.
¿y tú que razones tienes para confiar?
Fuente: http://www.razonesparaconfiar.blogspot.com.es
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