miércoles, 31 de octubre de 2012

La Doctrina Social de La Iglesia para Salir de la Crisis

El economista italiano apuesta por la Doctrina Social de la Iglesia para salir de la crisis.

Es presidente del Instituto de Obras Religiosas -el banco del Vaticano- y actual presidente del Banco Santander en Italia. EttoreGotti-Tedeschi estuvo hace unos días en Madrid para pronunciar la conferencia inaugural del curso académico de la Universidad Tomás Moro de la Fundación Intereconomía. ¿El tema? La interpretación católica de la crsis económica actual. El constato de Gotti respecto de Europa es severo -“hemos perdido el 60 por ciento de nuestra capacidad productiva”- y ve como única solución que el hombre retome el control de los instrumentos perdidos, ya sean los políticos, los económicos o los sanitarios. Y también, que se imparta más doctrina (católica) y menos sociología.

-¿Qué significa esta crisis para un católico?

-Significa que hace tiempo que hemos perdido el sentido de la vida, el de nuestras acciones y que la economía ha asumido su propia autonomía moral, escapándose, de paso, del control de la gente encargada de dirigirla. El hombre ha pasado de ser fin a medio. Exactamente lo que Juan Pablo II había profetizado en la Encíclica Sollicitudo Rei Socialis.

-¿Tiene el hombre que volver a ser fin?
-No es fácil: para retomar el control de la economía, necesitamos hombres más maduros que los de hoy. Como Benedicto XVI explica en Caritas in Veritate, el nihilismo dominante en la cultura nos pone en una situación difícil para retomar el control de los instrumentos perdidos, ya sea en la economía, en las finanzas, en la política o en la medicina. La lucha será larga pero es la opinión del Papa.

-Al ciudadano común no le queda muy claro lo que dice el Papa en su Encíclica.
-No sé lo que es el ciudadano común. Diría más: no existe. Todo depende del nivel de cultura y de conocimiento de los hechos. El mismísimo Sócrates se preguntaba hasta qué punto el hombrte sabe cuál es el sentido principal de la vida humana y sus hechos más importantes. Es lo mismo que se pregunta Benedicto XVI.

-A diferencia de lo que había en tiempos de Sócrates, hoy hay tecnología.
-Claro, es el gran cambio que ha generado el nuevo orden económico mundial. Si no conocemos sus detalles ni el alcance de su desarrollo, no saldremos de ésta. En la encíclica, el Santo Padre se pregunta cómo recuperar todos estos instrumentos a través de la responsabilidad personal porque la ética es personal. Esto significa que cuando tenemos una crisis tan fuerte y tan profunda, no son los intrumentos los que tienen que cambiar sino el hombre.

-Pero si con la globalización, el hombre parece haber cambiado el control de su destino.
-¡No! Lo que ha ha perdido el hombre es el equilibrio de su vida y los valores que le permiten saber dónde va. La globalización existe desde siempre: en tiempos de san Francisco de Asís se produjo una tan importante como la de hoy. ¿Y no fue una globalización el descubrimiento de América en el siglo XVI?

-¿Cuál es, entonces, la diferencia?
-Que en esos tiempos el hombre le daba sentido a su vida. Y lo ha perdido.

-¿Lo puede recuperar con una economía basada en la supremacía de las finanzas?
-Vuelvo a lo de antes: la economía -y por ende, las finanzas- son instrumentos en manos de los hombres. Son ellos quienes las utilizan y les dan contenido. Por lo tanto es el hombre el que tiene que cambiar dando la vuelta al sentido que tiene de la vida.

-¿Quien les puede guiar para recuperarlo?
-Los curas.

-¿Ah, sí?
-Claro, hay que volver a enseñar doctrina y no sociología o economía.

-¿Doctrina Social de la Iglesia?
-No, doctrina cristiana. Sin el magisterio, la Doctrina Social de la Iglesia será utilizada por quien la tenga entre manos.

-Bien, pero hace exactamente un año, el Pontificio Consejo Justicia y Paz, por medio de su presidente, el cardenal Peter Turkson, publicó un documento muy exigente sobre la regulación de las finanzas.
-El cardenal Turkson no entendió bien el documento que salió. No me reconozco ni en una línea de ese documento.

-¿Por qué?
-Porque parte de una raíz que no es cierta y porque su conclusión es irrelevante.

-Irrelevante pero el Vaticano se vio obligado a dar marcha atrás.
-El documento fue criticado al máximo nivel de la Iglesia.

-Y de los bancos.
-Los bancos no me interesan.

-Sea como fuera, el documento tenía un tufillo anticapitalista. ¿Nos dirigimos hacia un golpe de timón anticapitalista en el Iglesia?
-No se lo que va a hacer la Iglesia. Yo hablo por mí mismo y entiendo que el capitalismo fue creado por el mundo católico. No entiendo cómo la cultura católica puede desconocer el capitalismo.

-¿Y hay un tipo de capitalismo de inspiración católica que puede ayudar a superar la crisis?
-El capitalismo es solo un medio, una fórmula para generar riqueza y distribuirla. El problema no es el capitalismo sino quien lo gestiona.

-¿Quién tiene que gestionarlo?
-Personas bien preparadas que sepan distinguir entre fin y medio. Y las personas de cultura católica y cristiana han perdido el liderazgo a nivel mundial.

-¿Hay que recobrarlo?
-Hay que rezar y estudiar mucho.

-¿Atribuye, en los tiempos actuales, una responsabilidad específica a los empresarios que se consideran cristianos?
-En la medida en que consideremos que solo existe una responsabilidad individual; no hay responsabilidad cristiana como categoría. Conozco a muchos empresarios oficialmente católicos que lo son menos que muchos laicos. Y conozco a muchos laicos que tienen una visión del prójimo encuadrable en la Doctrina Social de la Iglesia.

-¿Hace extensiva esta responsabilidad a las empresas?
-La empresa tiene como responsabilidad la de existir y la de seguir siendo empresa. Los empresarios, en la actualidad, han de desenvolverse en una situación sumamente difícil en las cuales, junto con otros, tienen que responder a preguntas que aún no tienen respuesta.

-¿Cuáles?
-¿Más Estado o menos Estado? ¿Más protección o más libertad?

-¿Usted qué sugiere?
-Que empecemos por admitir que el crecimiento de los últimos treinta años en Europa ha sido un bluff total: de una economía madura hemos pasado a una economía que pierde competitividad a pasos agigantados; debido a las deslocalizaciones, hemos perdido el 60% de su capacidad productiva en las tres últimas décadas.

-O sea, una vuelta a una economía real y productiva.
-Ese regreso necesita mucho dinero, mucho capital y mucho riesgo. Solo el Estado tiene ese dinero. Los capitales privados no existen en Europa. Están en Asia. Y como hemos perdido el sentido del riesgo, pues acudimos al Estado. Interviene el Estado y nos quejamos del Estado.

-Entonces...
-....en principio, menos Estado pero ahora, sinceramente, no lo sé.

Fuente: Intereconomía

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