viernes, 15 de junio de 2012

Lo que ella diga va a misa


Su historia, que ha dado la vuelta al mundo gracias, una vez más, a internet y las redes sociales, comenzó a principios de mayo. Margeaux Graham, una joven de 16 años, fue elegida como delegada de su colegio para asistir a la Girls State, una cita anual de la organización American Legion Auxiliary (filial de la American Legion), que forma a los participantes en liderazgo, ciudadanía y trabajo solidario.


Son nueve días de régimen interno, nuevas amigas, conocimiento y, sobre todo, una estrella en el currículum que no muchos pueden lucir y que abre las puertas de no pocas universidades. Margeaux estaba nerviosa, pero, sobre todo, contenta por la esperadísima oportunidad.


Por correo le llegó la información necesaria para comenzar los trámites. La leyó y comprobó que no se hacía mención a los servicios religiosos, lo que para ella, católica practicante, suponía un problema, ya que el campamento comenzaba un viernes y no terminaba hasta nueve días después.
¿Dios y patria?En la primera reunión orientativa que se celebró -6 de mayo-, Margeaux supo que el domingo habría un servicio religioso “general, inespecífico y no ofensivo”; algo así como un rato de oración silenciosa en el que cada cual podría rezar o reflexionar según su credo.


Poco para una chica que sabe que la falta de asistencia a misa de un católico por algún motivo no justificado es un pecado grave. Así que Margeaux esperó al final de la reunión, se acercó a la delegada de la organización y le preguntó qué opciones tenía de asistir a misa el domingo por la mañana. “Ninguna” fue la corta y tajante respuesta.


Entonces intervino la madre de Margeaux, que explicó a la delegada la importancia de que su hija, menor de edad, fuera a misa. “Tendrá que elegir entre ir a misa o venir al campamento”. “Ni siquiera intentó encontrar una solución. Había un servicio religioso inespecífico -y válido solo para protestantes-, pero no estaban dispuestos a hacer nada para dar facilidades a un católico. Me sentí discriminada”, recuerda la joven.


Pero no se dio por vencida. De vuelta a casa, la familia contactó con un amigo miembro de la American Legion, que llamó a la delegación de Florida (a la que asistiría Margeaux) para explicar que los padres estaban dispuestos a recoger a su hija el domingo por la mañana, llevarla a misa y devolverla inmediatamente al campamento. Nueva negativa. Y nuevo intento de la familia: ¿y si un sacerdote se desplaza al campamento y celebra la misa de forma paralela al servicio religioso general para que las jóvenes católicas puedan asistir? Otro “no”. “Somos una organización no partidista que, voluntariamente, mantiene la religión fuera del campamento para no ofender a ninguna de las 300 participantes, de credos muy distintos”, respondió la organización.


Antes de continuar con la historia, echemos un vistazo a la página web de American Legion Auxiliary, que describe con detalle la vocación y misión de esta entidad.


“Si deseas resistir el paso del tiempo, debes elegir muy bien sobre qué pilares asientas tu estructura. Y eso fue, precisamente, lo que la American Legion Auxiliary hizo hace noventa años cuando construyó su organización sobre... Dios y la patria. Desde entonces, todo aquello que hacemos puede entenderse con estas palabras: Dios y la patria”.


¿Es lógico que una institución que trabaja por Dios, la patria y “los valores tradicionales de América” vea tan problemática la asistencia a misa de una joven?
Festival de baileMargeaux entendió que no, y escribió una carta a la organización para exponer su problema y declinar la invitación a asistir si no se contemplaba la posibilidad de ir a misa.


“La fe es muy importante para mí, igual que para muchos americanos (…) como católica encuentro ofensivo el servicio general, que creo tampoco colmará las necesidades de judíos, budistas, musulmanes o de otras confesiones cristianas”, explicó Margeaux.


¿Por respuesta? La carta de una de las delegadas de Florida (autodeclarada católica) que aseguraba que, por asistir al campamento, muchas niñas perdían “competiciones deportivas o festivales de baile” y que ella debería “hacer el sacrificio de perder la misa”. No había más opción.


Margeaux entendió entonces que no había sitio para ella en el campamento, pero no se resistió a responder a la delegada que había comparado la misa con un festival de baile: “Creo que Jesús sufrió y murió en la cruz para que nosotros podamos tener una comunión íntima con Él en la celebración de la misa. Que usted, como católica, encuentre aceptable obviar ese hecho demuestra su total desconocimiento de las enseñanzas de la Iglesia Católica”.


La joven, además, adjuntó un pequeño estudio sobre la realidad religiosa de una estructura social estadounidense de 300 personas (las mismas que participantes en el campamento). Las estadísticas afirman que habría 120 protestantes, 78 católicos, 48 no religiosos, 9 judíos y 9 personas de otras confesiones. “Si no todas, al menos las dos religiones más practicadas deberían ser tenidas en cuenta en el campamento sin ninguna duda”, declara Margeaux, que ha sido sustituida por otra candidata.


Aunque ha aceptado las disculpas de la organización -que se ha comprometido a revisar las normas en su próxima reunión anual- y lamenta perder los beneficios profesionales y docentes que le daría el campamento, Margeaux lo tiene claro: “Mi fe me ha convertido en la persona que soy, en esa que ellos eligieron como participante en el campamento. No me perdería la misa por nada del mundo”.


Caras conocidasPor los Girls y Boys State de la American Legion han pasado personajes tan significativos como el astronauta Neil Armstrong, el expresidente Bill Clinton, el deportista Michael Jordan, el periodista Tom Brokaw (The Today Show, NBC Nightly News y Meet the Press), el exgobernador Mike Huckabee, Michelle D. Johnson, general de división de la Fuerza Aérea de Estados Unidos y miembro de la OTAN (Operaciones e Inteligencia) o el entrenador de fútbol americano Nick Saban (nombrado por la revista Forbes como el entrenador más poderoso y devoto católico -va a misa antes de cada partido-).

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