jueves, 19 de abril de 2012

Un empujón hasta la fe


Más tarde, fuimos 4 días al Camino de Santiago; Sergio seguía insistiendo en que iba a ser una experiencia genial pero no acababa de convencernos. Durante el Camino conocí a un cura italiano y me dijo que después de terminar el Camino iba a ir a Madrid. Le empecé a dar vueltas y pensé que si una persona después de acabar el Camino con el cansancio que eso supone aún le quedan fuerzas para ir hasta Madrid, tenía que ser una experiencia que merecía la pena y de esta manera me animé a apuntarme.


Cuando llegaron los italianos viajamos con ellos a Burgos  para acudir a las misas en la catedral, ver tantas personas de diferentes países allí reunidas daba muchísimo animo. Nos integramos completamente con los italianos y cuando se fueron, sólo pensábamos en verles en Madrid. Los días antes de ir sabíamos que la experiencia de Burgos sólo había sido un “calentamiento” de lo que iba a ser la JMJ.


El día 19 viernes, nos levantamos a las 7 de la mañana mandándonos mensajes que ponían: “Sí, sí ,sí nos vamos a Madrid!! “ Cuando llegamos al autobús de Briviesca eran las 8 de la mañana pero aun así, no dejamos a nadie dormir, y fuimos todo el viaje cantando!


Al llegar a Madrid nos instalamos en el colegio, fuimos al Vía Crucis y… conseguimos ver al Papa!  Le vi muy mal y muy lejos pero al pasar todo el mundo se puso en pie y empezaron a saltar y a gritar y fue una sensación muy emocionante.


El sábado fuimos a Cuatro Vientos, el calor era insoportable, el agua se calentaba al momento y la espera se hacía eterna. Bien entrada la tarde el ánimo parecía que iba en aumento y la gente empezaba a cantar y a bailar a pesar del cansancio. El tiempo empezaba a empeorar y se comenzaban a divisar unas nubes nada “motivadoras”, entonces el Papa llego a Cuatro Vientos, yo sólo podía verle en una pantalla pero todo el mundo se emocionaba al oírle hablar y el ambiente era muy muy bueno. Entonces empezó a llover, solo teníamos esterillas para taparnos y acabamos empapados, las pantallas se estropeaban y los altavoces se oían fatal, por un momento nos vinimos abajo, pero Sergio empezó a cantar y el Papa dijo que estaba impresionado de la fortaleza con la que habíamos superado la tormenta y que estaba orgulloso de nosotros, eso nos motivó y aun nos quedaron ganas de quedarnos allí a dormir.


A pesar de las colas para el baño y la fuente para beber agua, el domingo empezó con buen pie, nos despertaron con la canción de Firmes en la Fe y ya empezamos a cantar… La misa fue un momento muy silencioso y noté un gran respeto, algo difícil de imaginar con tantísimas personas, la gente escuchaba con devoción y sólo se oía la voz del Papa en todo Cuatro Vientos.


Resumiendo todo esto, creo que de esta experiencia no solo he conseguido fortalecer mi fe sino también nos hemos llevado muy buenas amistades, tanto españoles como italianos que espero no se pierdan nunca. Ha sido una experiencia realmente inolvidable que no olvidare fácilmente y en el 2013…nos vamos a Brasil!

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