El Papa Benedicto XVI ha alentado al mundo a mirar la crisis económica internacional como "un acicate para reflexionar sobre la existencia humana y la importancia de su dimensión ética, antes que sobre los mecanismos que gobiernan la vida económica" y ha propuesto que se den "nuevas reglas" que aseguren a todas las personas una vida digna y el desarrollo de sus capacidades, durante una audiencia con miembros del cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede.
La educación es "crucial"
En este sentido, ha recordado que el mundo se ve afectado por las "graves y preocupantes" consecuencias de la crisis económica y financiera internacional que, según ha apuntado, "no sólo ha golpeado a las familias y empresas de los países más avanzados, en los que ha tenido su origen, sino que ha marcado también profundamente la vida de los países en vías de desarrollo".
"El momento actual está marcado lamentablemente por un profundo malestar y por diversas crisis: económicas, políticas y sociales, que son su expresión dramática", ha subrayado.
Ante esta situación, ha apuntado que la educación es "crucial" y ha recordado que las leyes occidentales que "tantas veces no solo permiten sino que favorecen el aborto, ya sea por motivos de conveniencia o por razones médicas discutibles", se oponen a la educación de los jóvenes y al futuro de la humanidad.
El papel de la familia
En este sentido, ha destacado el papel de la familia "fundada sobre el matrimonio entre un hombre y una mujer" para la educación y, por tanto, ha insistido en que las políticas que suponen un ataque a la familia "amenazan la dignidad humana y el porvenir mismo de la humanidad".
Así, ha remarcado que ha recibido "con satisfacción" la reciente sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea que prohíbe patentar los procedimientos que utilicen células madre embrionarias humanas, así como la resolución de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa que condena la selección prenatal del sexo.
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