Bernardo Álvarez proponía a los presentes recibir a Cristo para darlo a conocer al mundo, siguiendo el ejemplo de la Virgen, es decir, siendo discípulos y misioneros, aquí y ahora. Ello es posible si, como María, hacemos nuestro el 'hágase según tu Palabra', lema escogido para el presente adviento. No sólo hemos de llevar a Cristo en el corazón, enfatizó el Obispo, también hemos de llevarlo al mundo, de forma que también nosotros engendremos a Cristo para nuestros tiempos.
En otro momento del retiro indicó Álvarez que, a veces, el gran problema, el drama es que Dios tiene un plan y nosotros otro, cuando la esperanza cristiana se apoya, tiene su fuente, en Dios y sus promesas. María dijo que se realizara en ella lo que Dios quería y renunció a sus planes asumiendo el Plan de Salvación de Dios.
Citando al Catecismo de la Iglesia expuso cuatro razones por las que el Verbo se hizo carne. Esto es: para salvarnos reconciliándonos con Dios, para que conociésemos el amor de Dios, para ser nuestro modelo de santidad y para hacernos partícipes de la naturaleza divina.
Posteriormente el obispo explicó el texto del profeta Isaías 63,14ss que se leerá en las misas del fin de semana para invitar a todos a pedir, esperar la intervención de Dios que necesitamos nosotros y los demás, el mundo opulento y el pobre, las personas y los colectivos, porque, como dice el salmista, el Señor deshace los planes de las naciones, pero su plan subsiste siempre. El no permitirá que todo acabe en fracaso y destrucción; su victoria es la victoria humana.
En su segunda intervención, el prelado nivariense hizo referencia a otro texto de Isaías y al Salmo 26, invitando a mantener la confianza en Dios en cualquier circunstancia y peligro, esperando y preparando la venida de Cristo, contemplando el misterio de Belén como si presente me hallase, abriéndonos a su venida constante y recibiéndole en su última venida.
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