"Si Cristo ha muerto y ha resucitado, nosotros, que estamos unidos a Cristo por el bautismo, experimentamos la muerte, pero esperamos la resurrección. Este es el gran mensaje cristiano de estos días. Recordamos a nuestros difuntos, pero esperamos su resurrección", ha explicado en unas declaraciones.
La tradición cristiana
Además, ha asegurado que en estos días se ve que aún hay en España "un rescoldo de la venerable tradición cristiana" al ver a los millones de personas que se desplazan hasta los cementerios y los millones de flores que llevan a los seres queridos.
"Todo esto habla de una cultura presente en nuestro país, un rescoldo de la venerable tradición cristiana, que tendríamos que aprovechar para centrarla en el misterio de la muerte para un cristiano y su esperanza en la resurrección futura", ha remarcado.
En este contexto, García Macías ha instado a los católicos a recordar a los difuntos y orar por ellos como "un gesto de caridad para los hermanos que ya no están presentes" y ha apuntado que rezar, llevarles flores y pedir a Dios por su paz eterna es una prueba de "amor" hacia ellos.
"La oración por los difuntos"
"Oramos por ellos y con ellos, porque todos formamos parte de la Iglesia terrestre y celeste", ha subrayado. De hecho, ha remarcado que hay una frase en la Biblia que dice que "es bueno y saludable orar por los difuntos".
No obstante, ha alertado de que la fiesta de Todos los Santos se está "extrapolando en aspectos materiales" como por ejemplo "las flores y los adornos en las tumbas" y ha lamentado que se está perdiendo un poco su "referencia cristiana" que es "la oración por los difuntos".
García Macías ha explicado que hay que distinguir entre los días 1 de noviembre, solemnidad de Todos los Santos, y 2 de noviembre, conmemoración de los Fieles Difuntos. Así, ha precisado que, la primera fiesta celebra a todos los santos conocidos y anónimos que siguieron a Cristo hasta el final, y supone un día de "gozo y alegría" simbolizado en el color blanco de la liturgia.
"Austeridad y oración"
Mientras tanto, ha apuntado que la segunda festividad conmemora a todos los bautizados en Cristo, miembros de la Iglesia que han muerto y, por tanto, es un día de "austeridad y oración" para el recuerdo de los difuntos queridos. De esta forma, ha señalado que es realmente el día 2 el reservado a la memoria de los difuntos y el día que habría que visitar los cementerios, pero que, al ser el Día de Todos los Santos fiesta no laborable, se aprovecha para visitar las tumbas.
En cuanto a la historia de este Día de Todos los Santos, García Macías ha concretado que la fiesta es "muy antigua" y se remonta al siglo VIII en las antiguas Galias. Después, según ha indicado, se extendió entre los monjes benedictinos para conmemorar a los fieles difuntos.
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